domingo, 15 de diciembre de 2013

Rutina facial II: Mascarillas




Hola de nuevo!


Como hemos visto en otros post cada tipo de piel necesita de unos cuidados específicos, sin embargo, nos faltaba añadir a los tratamientos habituales, otros que son de gran utilidad pero más limitados. Se trata de las mascarillas.

¿Qué son? Pues son una mezcla de productos (ya sean naturales o cosméticos) que pueden ser aplicados en todo el rostro, pelo o cuerpo, y que están destinados principalmente a hidratar, exfoliar y retirar pieles muertas, rejuvenecer, limpiar en profundidad y purificar la piel, unificar el tono…principalmente.
Existen diferentes texturas, diferentes formas para aplicarlas… y la elección dependerá sobre todo del fin que estemos buscando y nuestra comodidad.
Por lo general suelen emplearse una o dos veces a la semana dependiendo del tipo de mascarilla y su función principal.
No debemos olvidar que se trata de tratamientos concentrados y que su  acción es más localizada, y por tanto, no debemos abusar de ellos ni dejarlas más tiempo de lo que indique su fabricante.

Entre las más utilizadas se encuentran las de limpieza y las hidratantes.



Las HIDRATANTES sirven tanto para manos, cuerpo, pelo, rostro, uñas…para todo en general. Son las más empleadas en pieles secas, ya que aportan una hidratación extra que en invierno es de agradecer. Las mascarillas faciales se suelen aplicar de noche para que el efecto se prolongue más tiempo y la piel amanezca más bonita. En general no suelen necesitar aclarado, sino que basta con eliminar los excesos con un algodón o gasa antes de dormir. Estas son las típicas mascarillas que contienen ácido hialourónico, Q10, colágeno…sustancias que aportan hidratación y rellenan la piel.
Las dedicadas a cabellos son diferentes y específicas de pelo. Pueden aplicarse antes del lavado si el pelo es muy seco, o bien dejarlas actuar toda la noche y lavar al día siguiente, o durante la ducha… hay distintas formas según sea nuestro cabello. En base a si es más cremosa o menos, pueden emplearse brochas como las del maquillaje o bien las manos para su aplicación. Esto dependerá de nosotros.

En el caso de las de LIMPIEZA, son empleadas tanto en hombres como en mujeres. Ellos, suelen tener la piel más gruesa y con más cantidad de grasa que las mujeres por los temas hormonales, de ahí que utilicen este tipo de mascarillas para mantener a ralla su rostro y evitar el acné entre otros problemas. Ellas, aunque también lo usan con este fin, también buscan evitar los granitos, los puntos negros, los poros dilatados y todo eso que una mujer odia ver en su cara cuando se levanta jeje.
Este tipo normalmente suele estar compuesto por arcillas verdes, blancas, rojas…en función del tipo de piel. La mayoría contienen sustancias astringentes, sustancias que limpien en profundidad y dejen la piel tersa y suave. Pueden o no llevar alcohol, eso depende de la marca o de la piel a la que esté destinada. Para las pieles secas/normales/sensibles es bueno que además de sustancias astringentes, tengan también sustancias calmantes como la lavanda, la camomila para evitar irritaciones y una sequedad no deseada.

Dentro de este mismo grupo podemos incluir las exfoliantes, ya que además de lo anterior también van a contener microgránulos que penetran en la piel y dejan los poros más limpios y por tanto menos obstruidos. Para estas, lo habitual es aplicarlas una o dos veces por semana, aunque puede modificarse en función del tipo de piel, eso va un poco al gusto de cada uno. Los chicos para esto tienen una ventaja, y es que al tener que afeitarse habitualmente ya hacen una pseudoexfoliación que les permite eliminar células muertas (esto no quiere decir que como ya se afeitan no tengan que cuidarse…muy mal chicos J)

Tambien existen las mascarillas UNIFICADORAS DEL TONO. Estas se utilizan menos, ya que hay que consultar con algún experto para saber que mascarilla es la más indicada para nosotros. Normalmente se emplean para unificar el tono de la piel, eliminar manchas o marcas del acné…y suelen tener algún ácido en su composición. No suelen dejarse mucho tiempo puestas y su asiduidad dependerá de lo recomendado por el experto.

Existe una variedad dedicada a las pieles más maduras, se trata de las mascarillas ANTI-EDAD. Suelen ser las más caras debido a que contienen principios activos  como el caviar, las partículas de oro…más concentrados y de obtención más complicada. Su empleo suele estar más dedicado en salones de belleza que a nivel individual, ya que en este último caso suelen sustituirse por sérum, que en general son más fáciles de obtener en el mercado.

Y por último tenemos las REJUVENECEDORAS, que son las que usamos cuando tenemos algún evento o cuando queremos que la piel luzca con un efecto flash, lisa y tersa. Su eficacia se basa en que contienen sustancias del tipo cafeína, ginko biloba, vitamina C, ginseng…que mejoran la circulación sanguínea, son descongestionantes y proporcionan de forma limitada una oxigenación extra. Dentro de estas existen una gran variedad de texturas: gel, mascarillas tipo velo, ampollas flash, toallitas… para elegir al gusto en función del tiempo que tengamos. Son una buena alternativa para esos días en los que no hemos dormido bien, tenemos ojeras o necesitamos vernos la cara un poco más alegre J.

 

¿Y tú, usas mascarillas? ¿cosmética o natural?

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