¿Y tú, conoces tu piel?
La piel es conocida como nuestra carta de presentación y por
tanto dice mucho en una primera impresión.
Las condiciones atmosféricas, el tabaco, una mala alimentación, el
estrés o el uso inadecuado de productos cosméticos pueden dar lugar a una piel
opaca, rugosa y no bonita (que es lo que nos preocupa a casi todas las
personas).
Es normal que con el paso de los años la piel vaya perdiendo
la luminosidad y tersura propia de una persona joven, pero siempre podemos
intentar evitarlo/disimularlo cuidándola como se merece. En cualquier caso, la
edad no es solo el único factor determinante, ya que en personas jóvenes
también pueden darse muchos problemas como consecuencia de no darle los
cuidados que esta necesita.
Se pueden utilizar diferentes criterios para diferenciar una
piel de otra, pero nosotros vamos a tratar el tema desde la mayor o menos cantidad producida de sebo (la mayor o menos cantidad de grasa facial) principalmente y la relación sebo-agua.
- Piel normal
Es reconocida como una piel bien hidratada,
con un equilibro agua-grasa. Es la que menos problemas presenta, sin embargo también
es la menos abundante, ya que no es ni seca ni grasa y depende mucho de factores
externos. Se caracteriza por ser:
o
suave,
o
color rosado,
o
piel lisa, sin arrugas, tersa
o
poros cerrados y prácticamente invisibles
o
se broncea con normalidad
o
es resistente a los cambios de temperatura
o
no tiene un brillo grasiento
- Piel Grasa
Se caracteriza por ser una piel gruesa, con
una actividad de las glándulas sebáceas muy alta. Es muy frecuente en la
adolescencia, donde los niveles hormonales son muy variables.
La ventaja que posee este tipo de piel
frente al resto, es que suele envejecer menos y por tanto no suele padecer las
arrugas dichosas de las que la mayoría de mujeres se suele quejar J.
Sin embargo, también tiene sus inconvenientes, como son la aparición visible de
los poros, las espinillas y los puntos negros que tanto cuesta mantener a
ralla, y que pueden infectarse dando lugar al tan conocido como acné.
Es una piel muy delicada que necesita de
muchos cuidados correctivos para mantenerla en equilibro y evitar la aparición
de brillos o grasa.
- Piel Seca
Como todos podemos imaginar, se
caracterizan porque tienen un nivel de agua escaso. Es una piel poco protegida,
muy fina, sensible, rosada, con una gran tendencia a descamarse, ser áspera y
padecer arrugas.
Los
factores ambientales como el exceso de calor o el frío son sus peores enemigos.
Un factor característico que acompaña normalmente a esta piel es el prurito, un
picor constante y muy desagradable que se produce como consecuencia del déficit
de agua. Es muy frecuente que la
padezcan personas con dermatitis o pieles blancas, y de ahí que necesite de
muchos cuidados preventivos y de tratamiento en determinados momentos del año.
- Piel Mixta
Es una mezcla entre la piel seca y la
grasa.
Se diferencia del resto por poseer una piel
seca en el círculo externo facial (hacia las mejillas) y una zona T (frente,
nariz y barbilla) muy grasa. Es el tipo
de piel más común entre los adultos y requiere de unos cuidados especiales para
su limpieza e hidratación, pues debe emplear productos orientados a pieles
secas y grasas.
- Piel Sensible
En cada uno de estos tipos hay variedades
dependientes de otros factores como las hormonas, los medicamentos etc pero en
términos generales, estos son los 4 grupos principales.
En función de esta clasificación iremos
eligiendo los productos adecuados a nuestra piel y los diferentes pasos a
seguir en las rutinas faciales.
¿Qué tipo de piel tenéis vosotros? ¿Cómo lo
sabéis?
Un saludo y a cuidaros!
Y para mi cara, que me podría poner? casi todo lo que he probado no me va bien. La dermatóloga dice que la tengo seca pero grasa. Y me ha dicho varias cremas, pero una de ellas me deja brillante, y las otras no noto nada de mejorar.
ResponderEliminarQuizás en el siguiente post hayamos contestado tu pregunta. Al parecer tienes una piel grasa con tendencia a secarse, yo en estos casos prefiero utilizar productos astringentes para la limpieza y una buena hidratante después. No tiene porque aportar grasa si la eliges bien ;). También puede utilizarse al revés, pero es cuestión de que a ti te funcione.
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