La Fiebre

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La fiebre o pirexia es un signo o síntoma de que algo está mal en nuestro cuerpo. Generalmente va asociado a muchos y diferentes cuadros clínicos y en la mayoría de los casos suele estar provocada por un proceso benigno y autolimitado como una gripe o una vacuna.

 

Se considera que la temperatura normal del cuerpo se encuentra alrededor de los 37ºC y en base a este dato se clasifica en:

• Febrículas o fiebres leves : 37-38ºC
• Fiebre: 38-39ºC
• Fiebre de carácter grave: a partir de 39 ºC

La mejor forma de saber que temperatura tenemos es por supuesto mediante un termómetro. Sin embargo hay muchos síntomas que acompañan a la fiebre como son: escalofríos, ojos brillantes, dolor corporal, llanto (niños), irritabilidad (niños), sensación de frío etc.

En raras ocasiones la fiebre provoca convulsiones febriles, en niños sobre todo, pero debemos saber que no debemos alarmarnos ya que suelen recuperarse con normalidad. basta con colocarlos de lado y suministrarles paracetamol vía rectal.

 

Existe un error general en cuanto a la forma de actuar en estas situaciones así que a continuación os dejamos unas pequeñas pautas:

• Si se trata de niños, no debemos administrarles ningún medicamento salvo que la fiebre sea muy elevada, dure muchos días o afecte al estado del pequeño (apetito, sueño, juego etc).
• La ropa debe ser la justa. No debemos provocar cambios bruscos de temperatura al cuerpo, así que las chaquetas y/o pañuelos deben ponerse o quitarse lentamente.
• Las duchas deben durar aproximadamente 10 min y el agua debe estar templada.
• Los medicamentos de elección son el ibuprofeno y el paracetamol. Para los niños la dosis dependerá del peso y la edad. En el caso de los adultos ya existen preparados como el Gelocatil o el Ibufén que pueden obtenerse en la farmacia sin receta médica.

 

Cuando se trata de bebés la precaución debe ser máxima. Como dicen, más vale prevenir que curar.

Si tu bebé tiene pocos meses y padece fiebre lo mejor es que recurras al pediatra lo antes posible pero sin alarmarse.

Lo primero que debes hacer es tomarle la temperatura para asegurarte de que tiene fiebre y tomar las precauciones necesarias. 

El principal inconveniente de esto es, que los pobres niños no paran de moverse, están inquietos y no se dejan tomar la temperatura. Por esto os recomiendo tener en casa termómetros como el de Thermoval baby Sense. Se trata de un termómetro de frente que no necesita ponerse en contacto con la piel. La medición se obtiene rápidamente en 3 segundos y además te avisa si considera que la fiebre es alta mediante una alarma. Es muy fácil de usar y además sirve para medir la temperatura de objetos como el biberón, la casa o cualquier utensilio. Es muy útil y siempre será una buena compra.

 

 

¿ Lo conoces ? ¿ Qué termómetros utilizas ?